La fuente de Cibeles es un símbolo del cambio que experimentó Madrid cuando los ideales de la Ilustración empezaron a tomar la ciudad con su belleza de la mano de Carlos III y hoy se erige en el Centro de la Capital como uno de sus símbolos más identificativos.
Estamos en el SXVIII en en un Madrid en el que a pesar de ser aún la Capital de un gran imperio era una ciudad que no reflejaba la majestuosidad que debiera pues ni actuaba, ni se vestía como tal. Estamos en un Madrid en el que los carruajes de caballos ponían perdida la ciudad con la ayuda inestimable de sus ciudadanos que contribuian a esa suciedad limpiando sus casas de todos sus residuos al famoso grito de “¡Agua va!
Madrid necesitaba un cambio para adquirir el rango que merecía y convertirse en la Capital que España merecía también. Madrid necesitaba que llegara alguien con ideas de cambio y mejora para la Ciudad y el Imperio y que proveyera los ideales de la Ilustración imperantes en la Europa de la Época. Ideales que promovían la renovación estética, cultural y política para dotar de belleza e inteligencia a la población y las ciudades. Ideales que se empezarán a poner en práctica en España en 1759 pues Carlos III Rey de España, había llegado a Madrid con la idea de cambiarla.
Así y para iniciar la reforma establecerá medidas de higiene y limpieza para la ciudad y después empezará a vestirla con las mejoras galas siguiendo el estilo Neoclásico. Y así nos dejará un patrimonio formado un gran número de avenidas y edificios que hoy se constituyen como símbolos de Madrid, (Puerta de Alcalá, Museo del Prado, Jardín Botánico…) y entre los a día de hoy se encuentra la fuente que hoy es sin duda uno de los símbolos más representativos de la Ciudad de Madrid: Nuestra Fuente de Cibeles.
Así se pondrá manos a la obra y decidirá construir una larga avenida con un paseo Central para viandantes, y dos laterales para los coches de caballo, que se encontrara presidido por dos Fuentes que hicieran referencia a esos Dioses Griegos del neoclásico: Cibeles (Rea) la diosa de la Naturaleza y la Fertidilidad y Neptuno (Poseidón) el Dios del Mar y de las aguas.
A Cibeles se le representa majestuosamente sentanda en un carruaje tirada por dos leones. ¿Leones en vez de caballos? Así es, porque la fuente hace referencia a uno de sus mitos más conocidos, el de Hipómenes y Atalanta. Descubrámoslo hoy porque no siempre fueron leones:
Esta mito nos cuenta la historia de Atalanta, una, bellísima joven cazadora que era famosa por su increíble velocidad. Su belleza le hizo tener un gran número de pretendientes que ansiaban su amor, cosa a lo que ella se oponía totalmente por haber consagrado su virginidad con la diosa Artemisa, la diosa de su pasión, la Caza.
Ajeno a esto, el padre de la joven, al ver la cantidad de pretendientes que buscaban su amor decide casarla con alguno de ellos, cosa que no le gustó nada a Atalanta. Así que para salirse con la suya sin defraudar a su padre decide aceptar la propuesta de su padre de casarse con algún pretendiente con una condición: que el pretendiente fuese capaz de ganarle en una carrera a pie y que en caso de no hacerlo, sería condenado a muerte.
Dada su belleza y velocidad, los pretendientes fueron rápidamente desfilando hacia el Hades sin que ninguno consiguiera su objetivo de vencerla en la carrera. Y así fue, y Atalanta permaneció feliz y soltera por mucho tiempo. Pero entonces apareció Hipómenes, un joven griego que sabedor de que era imposible ganarle en una carrera, decidió pedirle ayuda a los dioses, en concreto a Afrodita, la Diosa del Amor. Afrodita le descubrió la forma de vencer a Atalanta descubriéndole su principal defecto: la codicia. Así, y para que triunfase el amor, Afrodita le entregó 3 manzanas de oro a Hipómenes para que le ayudasen en la carrera. Y así con ellas, Hipómenes parte a batirse en el duelo con Atalanta. Nada más empezar la carrera, Hipómenes coge una de las manzanas de oro y la arroja tan lejos como puede del camino que marcaba la carrera. Alentada por la codicia, Atalanta se desvía del camino para ir a recogerla, dandole con ello cierta ventaja a Hipómenes. Pero esta ventaja rápidamente se desvanece gracias a las condiciones físicas de Atalanta que rápidamente consigue ponerse a su altura, así que Hipómenes repite la estrategia y vuelve a arrojar una nueva manzana de oro lejos del camino a por la que de nuevo y sin dudarlo Atalanta se dirigió, desviándose de nuevo del camino. Esta operación la repitió Hipómenes tantas veces como manzanas tenía y así consiguió ganar la carrera y con ello el corazón de Atalanta. El “amor” había triunfado.
Un día, ya casados, y mientras disfrutaban de un día de caza juntos, presos de la pasión que crece cuando es regada por una intensa lluvia inesperada, fueron a consumar su amor en el primer lugar en el que encontraron cerca y que les proporcionó cobijo, que no fue otro que el templo de la Diosa Cibeles. Tras mancillar el templo de la Diosa y tras llegar esto a oídos de Zeus, los amantes fueron castigados de forma ejemplarizante. Y así el castigo para Hipómenes y Atalanta no fue otro que ser convertidos en leones condenados a tirar eternamente del Carro de la Diosa mirando cada uno hacia un lado distinto sin que nunca más pudieran volver a cruzar sus miradas. Triste final para una historia tan bonita.
Y así y con la historia de la Diosa en mente, los encargados de llevar a cabo el proyecto diseñado por Ventura Rodriguez fueron Francisco Gutiérrez y Roberto Michel, que tras esculpir 10,000 kilos de piedra en 1782 crearon la fuente de la diosa.
Desde entonces la fuente de cibeles ha ido cambiando función, pasando de ser una fuente de abastecimiento de agua a ser lo que es actualmente, uno de los iconos de la ciudad y un lugar de celebración. Y es que a parte de la recreación visual que aporta a la Ciudad, la Fuente de Cibeles es el lugar de celebración de los títulos de los aficionados del Real Madrid. Ahí, al amparo de la euforia generada por el triunfo, miles de madridistas esperan a recibir el momento cumbre de la celebración, la coronación de la diosa y el ofrecimiento del título. Curiosamente tanto Madridistas como Atléticos, Merengues y Colchoneros, Vikingos e Indios compartieron fuente de celebración hasta 1991 donde tras ganar la Copa del Rey al Madrid, el Atlético decidió trasladarse a la vecina fuente de Neptuno sentando precedente para las futuras celebraciones.
Y así erigida desde el Siglo XVIII y testigo de todos los sucesos que han acontecido en Madrid desde entonces, actualmente se erige como una de los principales símbolos de nuestra Ciudad y una de sus plazas sin duda más bellas.
Por ello si estas de paso por Madrid, vas a estarlo, o eres de Madrid os animamos a acercaros a ver la fuente ahora que conoceis un poco más de su historia.
Esperamos que os haya gustado el post de esta semana, y si queréis conocer más secretos sobre la Cibeles, sobre la Ciudad y este Madrid Majestuoso que estamos redescubriendo, estaros atentos porque en nada sacaremos la nueva Ruta. ¡Esperamos que os haya servido para abrir el apetito! Mientras tanto tienes Historia, Esencia y Bohemia para descubrir por la Ciudad con Nuestros otros Free Tour Madrid.
¡Nos vemos pronto por alguno de ellos!